TabacoxBambú
Actualizado: 18 may 2020
Inspiradas en un proyecto de reemplazo realizado en Kenia nos propusimos adaptar una propuesta de diversificación productiva para Argentina.

Fundación Sales, que trabaja en el apoyo a la ciencia, especialmente a la investigación en cáncer, junto con otras organizaciones lanzaron en el año 2018 una campaña para solicitar al Congreso Nacional la ratificación del Convenio Marco para el Control del Tabaquismo de la Organización Mundial de la Salud, firmado por el Poder Ejecutivo en al año 2003.
Uno de los argumentos que se esgrimen para la no ratificación es el de la pérdida de fuentes de trabajo que se generaría en caso de que una baja en el consumo de cigarrillos reduzca a su vez los ingresos de los cultivadores de tabaco, un cultivo con importante presencia en provincias del Noroeste y Noreste del país. En sentido, Sales analizó diferentes proyectos de sustitución a nivel regional y mundial hasta dar con el programa "del tabaco al bambú" realizado en Kenia.
Tejiendo redes para la transformación social
“Al fin y al cabo, actuar sobre la realidad y cambiarla, aunque sea un poquito, es la única manera de probar que la realidad es transformable.”
Arturo Prins, director ejecutivo de Fundación Sales, contacta al entonces Ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao y este último refiere a la Fundación Sustentarte para analizar el proyecto llevado adelante en Kenia y para diseñar uno adaptado a las condiciones propias de Argentina. Desde entonces hemos venido trabajando en conjunto recogiendo aportes y preocupaciones de los de diferentes sectores involucrados.
El proyecto de Kenia tenía varios componentes, destinados a aumentar la capacidad de los agricultores para reemplazar el cultivo de tabaco por bambú. Esto incluyó proporcionar plantines de bambú a los agricultores; establecer viveros para plantas; y brindar capacitación y materiales a los agricultores para ayudarlos con la cosecha, la preservación y el tratamiento del bambú, así como con la creación de productos artesanales. Se llevó a cabo desde 2006 a 2013 con resultados altamente positivos para los productores rurales, ya que en algunos casos han podido triplicar su ingreso, mejorar las condiciones del suelo y del uso de agua e incluso han reportado disponibilidad de tiempo para la recreación y el esparcimiento.
Empezamos a indagar diferentes modelos de reconversión, programas de diversificación, a adentrarnos un poco más en las características y modelos de cultivo de tabaco a nivel mundial y en particular en nuestro país, tratamos de imaginar las trabas que se podrían presentar y aunque sabemos que es un gran desafío confiamos en que, como dice Eduardo Galeano, "al fin y al cabo, actuar sobre la realidad y cambiarla, aunque sea un poquito, es la única manera de probar que la realidad es transformable."
Un futuro libre de humo y de pobreza
Encarar la diversificación hoy se vuelve central si queremos que las comunidades rurales estén preparadas para un futuro libre de humo. Un futuro por el que los Estados, las organizaciones de la sociedad civil, las empresas y los individuos deberíamos estar trabajando. El tabaquismo mata alrededor de 912 personas por hora a nivel mundial (mientras que a 5 en Argentina), su consumo está asociado al surgimiento de diversas enfermedades del corazón, apoplejía, aneurisma de la aorta, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), bronquitis crónica y enfisema, diabetes, osteoporosis, artritis reumatoidea, degeneración macular y catarata, empeora los síntomas de asma y es la causa principal de cáncer y de muerte por cáncer.
A su vez, la diversificación de medios de vida presenta ventajas: contribuye a crear mayor variedad de oportunidades frente a la vulnerabilidad, incrementa beneficios económicos y productivos, propicia mejoras en términos de bienestar para los cultivadores y sus familias, además que puede orientarse a la protección ambiental.
Las estrategias de diversificación deben tener como eje la erradicación de la pobreza a través de la mejora de la capacidad de los agricultores para gestionar los recursos naturales de manera sostenible y para ello se requiere brindar asistencia técnica y financiera, investigación, creación de capacidades y promoción de la organización comunitaria, así como apoyo social y comercial. En esta dirección es que orientamos el proyecto.
El bambú es un recurso que se adapta a la variabilidad climática (por ejemplo, períodos de sequías seguido de inundaciones) ofrece múltiples usos, lo que proporciona una amplia gama de productos sostenibles, opciones de medios de vida y servicios ecosistémicos. A diferencia del cultivo de tabaco, no requiere agroquímicos sintéticos, una mejora notable en relación a la calidad del ambiente y la salud del cultivador. Respecto de esto último, investigaciones a nivel mundial identifican la emergencia de la enfermedad del tabaco verde (GTS por su siglas en ingles) problemas respiratorios y musculoesqueléticos, y trastornos mentales como resultado de la exposición a pesticidas.
En qué consiste el proyecto
“Identificar la viabilidad del bambú como recurso para la generación de medios de vida alternativos en áreas rurales.”
El objetivo del proyecto es identificar la viabilidad del bambú como recurso para la generación de medios de vida alternativos en áreas rurales. Pretende además realizar de pruebas pilotos de diversificación con bambú en áreas tabacaleras, generar valor agregado local y elaborar un esquema participativo de comercialización.
Se divide en tes fases: la primera se trata de un análisis de prefactibilidad o diagnóstico que busca conocer el estado de situación actual de la producción de tabaco, la segunda consiste en una prueba piloto de plantación de bambú y aprovechamiento de recurso existente y la tercera se enfoca en la comercialización buscando establecer los canales y circuitos comerciales de la materia prima y de productos con valor agregado.
Un fumador menos, un bambú más.
En esta prueba piloto proyectamos como base la plantación de 8000 bambúes. Estas plantas, más la capacitación, el seguimiento técnico a los productores rurales y los estudios que se requieren para llevarla a cabo, podrían ser financiadas si 8000 personas aportaran el equivalente a un atado de cigarrillo por por mes durante 12 meses. Soñamos un bambú más por cada fumador que decide dejar el cigarrillo.
Si fumás y estás dentro del 70% de personas que quieren dejar, dale para adelante y afianzá tu compromiso ayudando a un productor a enfrentar la vulnerabilidad.
Si no fumas pero sos un defensor del "libre de humo" ayudanos a impulsar este proyecto para que la lucha contra el tabaquismo no deje afuera a los productores rurales. ¡Dona ahora!
Gracias por leerme,
Micaela Martínez
Directora Operativa